Fuente: MateriaBiz
Sección: Capital Humano
El viejo manual de empleados establece reglas extremadamente rígidas a seguirse en la gestión del personal. Sin embargo, muchas empresas han echado el libro a las llamas y aplican esquemas flexibles con excelentes resultados...
Las organizaciones dedican mucho dinero al diseño de sus políticas de recursos humanos. Así, los minuciosos estudios de la estructura organizacional y las largas reuniones con consultores terminan plasmados en un "manual de empleados" que especifica (hasta un nivel de detalle, a veces, exasperante) los esquemas de remuneraciones, beneficios, ascensos, vacaciones, los criterios a utilizar en las evaluaciones, etc, etc, etc.
Desde luego, la costumbre tiene una razón de ser: el manual de empleados pretende estandarizar la gestión del personal para alinear los incentivos y maximizar la satisfacción de los trabajadores al menor costo posible.
No obstante, las mejores intenciones suelen ahogarse en un océano burocrático de rígidas categorizaciones y taxonomías que terminan desmotivando a los trabajadores por someterlos a una serie de reglas únicas que no tienen en cuenta sus necesidades particulares.
En este marco, una investigación de Accenture presenta las ventajas de un enfoque distinto de gestión de HR, una política que, sin perder coherencia, es lo suficientemente flexible como para que los distintos jefes de unidades de negocios puedan tomar las decisiones de personal que crean convenientes para maximizar la eficiencia de su área.
Al fin y al cabo, ellos son quienes están en contacto directo con los empleados. ¿Quién sabe mejor que ellos a quiénes resulta imprescindible retener y quiénes pueden ser reemplazados? Por lo tanto, ¿por qué no brindarles margen de acción para gestionar a sus colaboradores según los criterios que ellos crean mejores para los resultados?
Desde luego, otorgar un cheque en blanco al gerente o el "team leader" puede ser la puerta de entrada para el más desvergonzado favoritismo. Por lo tanto, una política de recursos humanos flexible no significa absoluta discrecionalidad sino el establecimiento de ciertas pautas generales que establecen los límites de la libertad de acción. Veamos un ejemplo...
Uno de los esquemas típicos de políticas flexibles de HR puede encontrarse en la "broadband compensation" utilizada, entre otras, por Nike, Merrill Lynch, Disney y McDonald's en la fijación de remuneraciones.
Imagine que usted tiene a su cargo a un joven empleado de gran desempeño. Desde luego, a usted le interesa retenerlo. Y la forma tradicional de hacerlo consiste en ofrecerle un ascenso a un puesto de mayor responsabilidad y salario. Sin embargo, todas las posiciones inmediatamente superiores se encuentran ocupadas.
Bajo un esquema rígido de HR, usted va al departamento de recursos humanos y pide un aumento para su talentoso colaborador. Sin embargo, la respuesta es lapidaria: "No podemos acceder a su pedido. El manual de empleados establece que todos los trabajadores de igual rango deben recibir igual remuneración". Al poco tiempo, el joven empleado emigra a la competencia.
Ahora bien, el esquema flexible de "broadband compensation" permite resolver el problema al otorgar al jefe la posibilidad de aumentarle él mismo el salario hasta el nivel de la categoría inmediatamente superior. Así, puede retener al empleado hasta que se libere un puesto de mayor responsabilidad.
De esta forma, señalan los investigadores de Accenture, una buena medida consiste en otorgar a los distintos managers un presupuesto anual para el pago de salarios. Así, dentro de ciertos parámetros establecidos por la organización, cada jefe tiene la libertad de repartir la torta desigualmente, de acuerdo con las prioridades de retención de sus distintos colaboradores.
Lo cierto es que cada día son más las organizaciones que implementan esquemas flexibles de HR. Container Store, cuarta en el ranking Fortune de 2007 de las mejores empresas para trabajar de los Estados Unidos, echó directamente a las llamas a su manual de empleados y hoy se maneja con unas pocas reglas que establecen el grado de libertad de sus gerentes. American Airlines, por su parte, sólo define la cultura que debe impregnar su gestión de recursos humanos y brinda algunos lineamientos generales para sus managers.
En definitiva, sostienen los investigadores de Accenture, una política flexible de recursos humanos se basa en una filosofía preocupada por los fines en lugar de los medios.
La política de "manual de empleados" especifica hasta la exasperación los objetivos de recursos humanos y los medios para alcanzarlos. La política flexible, por el contrario, envía el siguiente mensaje a los managers: "Este es el espíritu que debe impregnar nuestra política de HR. Estos son los objetivos que nos proponemos. Dentro de estas pocas reglas, decidan ustedes cómo alcanzarlos".
De la redacción de MATERIABIZ
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